La prestigiosa psiquiatra asegura que, en situaciones críticas de la vida, “o redescubres el sentido de las cosas o caes en el enorme vacío”.

La felicidad ya es una de las mayores preocupaciones de presente. Nuestro bienestar físico y mental se ha convertido en una prioridad que se sitúa, en general, por encima de cualquier problema. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 89,6% de los españoles asegura que “lo más importante en la vida es ser feliz”. Sin embargo, no todas las personas que tienen esta idea logran alcanzar la ansiada felicidad y muchos pierden el sentido de la vida ser en el camino. Según los expertos, la clave es mucho más sencilla de lo que parece. La psiquiatra Marian Rojas Estapé asegura que “la felicidad depende del sentido que yo le doy a mi vida”.
El camino a la felicidad se basa en disfrutar de la vida tras encontrar “un sentido” en ella
Por lo general, la travesía hacia la felicidad no es una tarea fácil. Los problemas con los que nos tropezamos por el camino como un despido, un desengaño amoroso y un golpe familiar o económico pueden derrumbar todos nuestros planes. Sin embargo, según los expertos, no debemos dejar que estas situaciones se hagan con el sentido de nuestra vida. Cuando esto ocurre, los profesionales aseguran que caemos en un agujero del que es complicado salir. “En situaciones críticas de la vida o redescubres el sentido de las cosas o caes en el enorme vacío”, señala la prestigiosa psiquiatra Marian Rojas Estapé en ‘Risbel Magazine’. “Al ser humano, a nuestro corazón, a nuestro espíritu, a nuestra alma, como cada cual lo quiera llamar, no le gusta vivir en el vacío. Genera un enorme vértigo. La nada no nos gusta, nos angustia y cuando no hay sentido, sustituimos el sentido por sensaciones”, explica.
Lo cierto es que tendemos a rellenar los momentos más complicados con el tener. “Es decir, cuando la vida no tiene un sentido porque no lo podemos encontrar nos vamos a las sensaciones: masajes, comida, alcohol, sexo”, sostiene Estapé. Según los expertos, disfrutar de los pequeños placeres materiales de la vida en su justa medida no es un problema. De hecho, son necesarios, pero nunca debemos dejar que este “tener” nos ciegue del verdadero “sentido de la vida”. “No todo es malo, que la vida está en disfrutar de esas cosas y la dopamina es buena. Todos queremos disfrutar, motivarnos y tenemos un sistema de recompensa activo, quedar con la gente, reírnos, tener un momento con un buen vino, un plato de comida con amigos… No se trata de quitarle el placer a la vida, claro que no, pero tiene que haber un sentido“, subraya la psiquiatra en el citado medio.
El sencillo método que recomiendan los expertos para “encontrar el sentido de la vida”
La realidad es que encontrar el sentido de la vida para alcanzar esa anhelada felicidad es una tarea más complicada para la mayoría. Aun así, el método para lograrlo es muy sencillo. “Para que haya un sentido yo tengo que parar y reflexionar. Es decir, reactivar mi corteza prefrontal. Todos los estudios actualmente dicen: ¿Y si volver a pensar, si darle una trascendencia a nuestra vida pudiera llenar este sentido?”, sostiene Rojas Estapé. La experta ha sido testigo de cómo esta teoría se ha aplicado sobre algunas personas con un resultado óptimo.
“Los que estamos en consulta lo descubrimos sobre esas personas que son capaces de conectar con las grandes preguntas de la vida, las que intentan buscar una solución que no siempre es fácil porque las grandes preguntas no siempre tienen grandes respuestas. A veces no nos satisfacen, no nos llenan, nos producen dolor. Y en eso, en las personas que frenan, que meditan, que rezan, desconozcan de sus agobios, se ha visto que mejoran su corteza prefrontal, sus áreas cerebrales y previene el envejecimiento”, subraya. La experta también aboga por la filosofía como herramienta para lograr el ansiado “sentido de la vida”.
“José Carlos Ruiz dice: volvamos a pensar, volvamos a contemplar y volvamos a ver esos detalles que hemos dejado de ver de la vida”. Esta es una de las claves más importantes que se sitúa a las puertas de la felicidad. “Tengo una paciente que tenía un gran trauma, tuvo un cáncer, estuvo a punto de fallecer, ha sufrido mucho y me decía el otro día: Marian, me he curado gracias a que he vuelto a contemplar y me levanto por la mañana y veo esa flor, ese rayo de sol y digo, aquí de repente noto algo muy especial”, cuenta Rojas Estapé.
Lo cierto es que, al contrario de quienes se paran a disfrutar de los pequeños placeres de la vida, una vida ajetreada y sin rumbo alguno no llega a ninguna parte. “En una vida que va a la carrera somos incapaces de contemplar y sin contemplación no hay asombro. Sin asombro no hay respuestas a las preguntas. Con asombro hay ganas de seguir. Lo importante es no dejar de hacerse preguntas. A veces las respuestas son más fáciles y otras menos, pero para hacerse preguntas hay que parar y reflexionar”, sentencia.
Fuente: Lecturas.com